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Reflexiones sobre la educación y el futuro de Baja California

Escrito por Sin categoría 05.01.2018

El diagnostico general y comprensivo del sistema educativo estatal es que la educación en Baja California no ha ido por buen camino. El nivel de aprendizaje de los alumnos en la educación obligatoria registra una tendencia negativa desde hace diez años.

En promedio, el 70% de los alumnos bajacalifornianos no cuentan con las competencias básicas y elementales para seguir estudiando a un nivel superior y responder satisfactoriamente a las exigencias de la vida social y productiva. El 40 % de los alumnos abandonan la escuela al llegar a 15 años de edad escolar.

Como ha quedado en manifiesto en las evaluaciones educativas internacionales y del país en que B.C. participa, el aprendizaje que consiguen los alumnos es insatisfactorio. Esto pone a los jóvenes y al estado en una clara desventaja frente a otras entidades y naciones.

El sistema educativo estatal requiere retomar su filosofía y su misión acerca de la importancia de educar y de formar ciudadanos de este siglo. “Nuestro” sistema educativo muestra claros síntomas de agotamiento y con problemas endémicos; necesita cambios cualitativos que den pleno soporte social conducida por un nuevo modelo de desarrollo y convivencia social.

La educación está llamada a cumplir un papel decisivo en los cambios que B.C. necesita y asegurar a todos los niños y jóvenes una educación de calidad y que resuelva el rezago escolar, que hoy alcanza a más de 800 mil personas, que no cuentan con una enseñanza del nivel de secundaria.

Para empezar resulta indispensable consolidar normas que superen los efectos perniciosos de burocratización y den soporte al cambio que respondan con efectividad a las demandas de la población y del sector productivo. En los próximos diez años será imperativo contar con un plan orientado a la calidad y eficiencia que se supere el statu quo obsoleto y deficiente.

El cambio primogénito es reconocer que la rectoría en la materia educativa le corresponde al Estado lo que a su vez, debemos ir hacia una nueva forma de pensar y entender la importancia de las relaciones entre el gobierno y sociedad, que sirva cohesionar un pacto solidario por la educación en B.C. con la capacidad para llegar acuerdos políticos para una nueva cultura de la participación social que efectivamente confirme que: -La educación en B.C. es tarea de todos-.

Es tiempo de hacer un compromiso histórico para trasformar el sistema educativo teniendo como mira el Plan 2027, será necesario como mínimo atender las siguientes áreas estratégicas: la formación y actualización del profesor, que determina que tan bien aprenderán los niños, de herramientas tecnológicas de base digital e informática, la participación de los padres de familia, universidades y actores sociales que coadyuven en la formulación y vigilancia de la política educativa, la instalación de un sistema de indicadores con condiciones de exigibilidad, extender la jornada escolar de los alumnos y solucionar el rezago de la infraestructura y equipamiento escolar.

Llevarlo al año 2027 requiere cumplir con la combinación de dos dimensiones que miden la cantidad y calidad de la educación: incrementar el grado escolaridad de 9.3 a 12 años de los estudiantes (grado bachillerato/técnico) y reinvertir la tendencia negativa del nivel escolar hasta lograr que 7 de cada diez alumnos sean calificados como buenos y excelentes en los exámenes estandarizados.

Con esta mira y con el espíritu de que aquí en adelante se habrá de incluir a todos los bajacalifornianos en la educación de calidad, privilegiando a los infantes y niños que integran las guarderías, preescolares y primarias de la entidad.

De alguna manera, el futuro colectivo está ligado con la educación. Lo que la educación en B.C. reclama es una acción audaz de reingeniería decisiva, estructural y largo plazo del sistema educativo que convoque a todos los bajacalifornianos a transitar exitosamente por el siglo XXI.

Se puede lograr trasformar con éxito el sistema educativo en solo una década. Nos anima el enorme y gran talento académico, empresarial, social y del nuevo titular en la Secretaria de Educación, Miguel Ángel Mendoza Gonzales para que juntos podamos iniciar la gran reforma educativa que necesita y merece B.C.

No hay ninguna tarea más urgente y de nosotros mismos. Es una batalla que todos debemos dar y con el tiempo, se puede ganar. El estado que educa bien a sus ciudadanos es un estado con futuro.